Por primera vez entran dos mujeres como mayordoma y camarera.La hermandad anuncia la creación de una escuela para mantener la tradición.
Diario Córdoba
Los obejeños cumplieron ayer con la tradición y la devoción en la romería de su patrón, San Benito Abad. La danza de las espadas o bachimachía y la procesión del santo volvieron a testimoniar la riqueza cultural y religiosa de este pintoresco pueblo del Valle del Guadiato. La jornada festiva comenzó a primeras horas de la mañana en la plaza principal, San Antonio Abad. Desde allí y hasta el límite del pueblo los hermanos danzantes de San Benito Abad, al son de la bachimachía (casi a saltos) y ataviados con su típico atuendo serrano, recorrieron las más regias calles obejeñas, donde las espadas blandientes ponían el acento celta de este rito ancestral.
A continuación, la misa de los hermanos daba cuenta de la imposición de medallas a los nuevos hermanos, que en esta edición, por vez primera, estuvo acompañada por el Coro Rociero San Benito Abad. A mediodía, la misa romera servía como pórtico de esa recoleta catedral al aire libre en la que se convirtió la explanada de la ermita del santo, cuando la imagen en andas de San Benito Abad comenzó a recorrerla al son de la bachimachía .
Numeroso público contemplaba con admiración a los danzantes, que, al son casi marcial de los instrumentos de cuerda y percusión que los acompañaban, iban formando por relevos una crujía con sus espadas por la que iban pasando con sobriedad cada unos de ellos. Mientras, el gemido de los aceros al encontrarse envolvía a los romeros en una mágica atmósfera medieval. El santo, como manda la devoción, lucía prendido en su capa el profuso papel moneda hecho exvoto por los fieles.
EL DEG ELLO El esperado patatú o degüello del maestro de los danzantes llegó al final del recorrido con su cinematográfica encrucijada de espadas. El colofón de la fiesta lo pusieron los tradicionales roscos y el vino de Montilla. Este año, como novedad, el hermano mayor de la hermandad de San Benito Abad, Antonio Ruiz, anuncia la creación de una escuela de danzantes "que irá incorporando a los hermanos más jóvenes. Sin olvidarnos del ingreso por primera vez de dos mujeres en los cargos de mayordoma y camarera" --en esta ocasión, Matilde Sánchez y Flora Olivares, respectivamente--.
La hermandad cuenta con más de 600 hermanos no solo en Obejo, sino en localidades como Villanueva de Córdoba, Pozoblanco, Córdoba capital, y hasta en Levante y Cataluña, quienes no dudan en acudir cada edición a esta romería que desde el siglo XV se celebra dos veces al año: el domingo más próximo al 21 de marzo, óbito de San Benito Abad, cuando se realiza la transmisión de poderes entre el mayordomo saliente y el entrante de la hermanad; y el sábado más cercano al 11 de julio, onomástica de este santo patrón de Europa.
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